Las revelaciones de actos de corrupción de integrantes del INAI, solapados y sobre todo ocultados a la sociedad mexicana por decisión del propio órgano de transparencia, ha desatado una crisis de credibilidad sin precedentes en la institución.

Al hecho ya gravísimo, insoslayable, de que un comisionado del instituto nacional de transparencia, acceso a la información y protección de datos personales, óscar guerra ford, pagó una juerga en un table dance por más de 25 mil pesos, con la tarjeta de crédito corporativa en el año 2014, se suma el muy grave también acto de contubernio de sus pares en el INAI de ocultar la información, clasificarla como reservada y archivarla como si no hubiera ocurrido.

Las voces que demandan la renuncia de los comisionados Adrián Alcalá, Julieta del Río y Blanca Lilia Ibarra y una refundación total de la institución, o incluso su desaparición, se multiplican.

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