PONENCIA DE LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ

ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL, MÉXICO

FORO “PRENSA LIBRE, PENSAMIENTO CENSURABLE”

MESA “VULNERABILIDAD DE LOS MECANISMOS PARA LA PROTECCIÓN DE PERIODISTAS”

SEÑORAS Y SEÑORES:

Nadie nos preparó para ésta guerra.

Nadie nos dijo que ejercer éste, el mejor oficio del mundo, incluía también bañarnos en un chorreadero de sangre que nos saltaría de repente. Nadie nos dijo que encabezaríamos la estadística mundial de la muerte de periodistas y que 68 de nuestras familias, de igual número de colegas abatidos en los últimos 6 años en todo el país, tendrían que llorar su dolor en silencio, sin la posibilidad de la justicia.

Allá, en las universidades y escuelas de periodismo donde nos educamos mi generación y las que posteriormente se han incorporado a los medios, nadie nos avisó que tendríamos que salir a la calle a reclamar por la muerte de nuestros colegas, a demandar justicia para ellos, como tampoco nadie, en ningún momento, nos advirtió que estaríamos solos.

Hace casi nueve meses, más de un millar de periodistas de todos los medios de comunicación, superando nuestras diferencias ideológicas y nuestras repulsiones mutuas, salimos juntos a las calles de la ciudad de México, y de muchas otras capitales del país, para exigir el alto a la impunidad en torno de los asesinatos, secuestros, desapariciones y amenazas contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación.

Demandamos, con nuestro silencio, que las instituciones del Estado mexicano y los diferentes órdenes de gobierno cumplan cabalmente con su deber y obligación constitucionales de garantizar y custodiar el pleno acceso y disfrute de los derechos a las libertades de expresión, de prensa y de acceso a la información para todos los ciudadanos y los periodistas, sin distinción de posiciones ideológicas, políticas o de cualquiera otra índole. Exigimos la plena vigencia de esos derechos y el compromiso de que esas garantías, conquistadas por la sociedad, no puedan suspenderse, acotarse, negociarse o transferirse bajo ninguna circunstancia.

La respuesta fue tímida. Sin abrir una discusión nacional sobre el tema, sin consultar a los reporteros de todo el país que día a día salen a las calles a buscar la nota, sin tomar en cuenta a esos miles de reporteros que ganan el salario mínimo, no cuenta con seguros de vida o de gastos médicos y que en muchos casos ni siquiera alcanzan las prestaciones básicas, el gobierno federal presentó un Mecanismo para la Protección de Periodistas. 

Más allá de los dichos de ciertos micrófonos afines y ciertas plumas de opinión, el instrumento, aunque es un buen primer paso, es muy limitado. Yo podría asegurar que sólo busca manejar la percepción de que el gobierno se ocupa del tema. Espero estar equivocado. Es mucho muy limitado, digo, y por eso es que no ha dado resultados, como no los dio la Fiscalía Especializada en Delitos contra Periodistas, si existió alguna vez o aún existe.

El mecanismo propuesto por el gobierno federal establece la integración de un Comité Consultivo interinstitucional, con representantes de diversas dependencias federales la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el propio gremio periodístico, éstos últimos sin derecho a voto, pero deja fuera una pieza importante: a la sociedad civil, destinataria principal de nuestro trabajo, el de los periodistas y el de quienes se encargan del funcionamiento de las instituciones gubernamentales.

Designa responsabilidades: a la secretaría de Seguridad Pública y a los gobiernos locales les corresponde proveer de medidas de seguridad, a la PGR realizar investigaciones y seguimientos de los delitos cometidos contra periodistas, a la CNDH implementar la “Guía de medidas cautelares” y a la cancillería atender recomendaciones internacionales en la materia. Si bien busca prevenir todas aquellas conductas que atentan contra quienes ejercemos el periodismo, ese mecanismo deja en libertad de aplicación a cada gobierno estatal, no asigna recursos específicos para la puesta en marcha de proyectos concretos y, sobre todo, es ajeno a quienes trabajamos en los medios.

Han surgido después otras propuestas, como el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, signado por los dueños de los medios de comunicación y algunos líderes de opinión. Se trata de un instrumento básico, atendible pero con tintes de homologación de criterios editoriales, con cierto olor a uniformidad de voces, cierto olor a uniformidad y autocensura, que no propone instrumentos que protejan la labor de los reporteros de calle o defiendan la absoluta libertad de expresión que en estos tiempos violentos requiere el país.

Y no se trata de que los reporteros exijamos un trato preferencial, exclusivo o diferenciado, que necesitemos espacios de excepción. Se trata de que todos, periodistas y sociedad, custodiemos y hagamos valer de una vez por todas un instrumento insustituible de nuestra sociedad: el periodismo libre, crítico y plural.

Muchos de nosotros, reporteros de la tropa, así lo entendemos: sin un periodismo libre, absolutamente libre, no habrá Nación posible.

Sin un periodismo que sienta, mire, escuche, pregunte y cuente libremente el país que somos, no habrá futuro.

Si hemos llegado hasta aquí, si hemos convertido a México en una tierra fértil en cuerpos decapitados, en un charco de sangre, en un aparador de todo lo roto y miserable que es nuestro tejido social, en gran medida es porque no hubo, durante décadas, miles de periodistas libres que contaran libremente la corrupción, la miseria, la transa, el contubernio, la mentira, la impunidad, la traición que ocurrían a nuestro alrededor y trastocaban todos los valores de nuestra sociedad.

No fuimos espejo nítido de nuestra sociedad y la sociedad no pudo ver a tiempo el monstruo en que se convertía. Hoy lo pagamos caro.

Pero estamos a tiempo de cambiar esa realidad. 68 periodistas muertos son demasiados para un país que se dice democrático.

Propuestas hay muchas. Organizaciones de periodistas de todo el país llevan meses discutiendo ideas. Académicos e investigadores de los medios trabajan en proposiciones novedosas. Colegas de organismos como Periodistas de a Pie, Artículo 19, INSYDE, CEPET, CENCOS, CIMAC, el Frente Nacional de Periodistas, Reporteros sin Fronteras, quienes conformamos el movimiento Los Queremos Vivos, llevamos meses platicando, buscando qué hacer y cómo.

Sólo falta abrir las mesas para que fluyan las ideas. Sólo es necesario que, de una vez por todas, nos sentemos a dialogar todos juntos, superando nuestras resistencias, nuestras repulsiones mutuas.

Hay una buena noticia: quienes acudimos, en nuestras respectivas ciudades, a las marchas del 7 de agosto de 2010, sabemos que es mentira que los periodistas no podamos ponernos de acuerdo.

Es una mentira vil de quienes no están dispuestos a escuchar más voces que la propia.

Sí sabemos ponernos de acuerdo y tenemos muchas ideas coincidentes sobre mecanismos de protección para nuestros colegas de las distintas regiones, con sus dinámicas y circunstancias distintas, con sus miradas e ideologías particulares.

Esta Asamblea, que ha trabajado para convertir a la ciudad de México en un espacio de respeto a las libertades, podría lanzar esa convocatoria. Quizá ese acto, abrir una mesa de debate para acercarnos a un verdadero Mecanismo de Protección a los Periodistas, detone esa discusión nacional que tanto necesita nuestro país.

Los reporteros de la tropa, los que estamos día a día en la calle, tenemos algunas ideas. Acompáñennos a impulsarlas, señor diputado. Acompáñennos.

Se trata de defender un oficio que para muchos de nosotros es la vida. De hacerlo más seguro, más profesional, libre, plural, crítico, útil a la sociedad que reflejamos en nuestras notas.

Pero se trata, por encima de todo, de defender algo mucho más alto: la posibilidad de proveernos, como sociedad, de instrumentos que garanticen a todos los mexicanos el ejercicio pleno de las libertades de expresión, de prensa y de acceso a la información, para sacar a este país de la tumba en que todos lo arrojamos, para que su futuro y el nuestro sean distintos. Para salvarnos todos.

Muchas gracias y buenas tardes.♠

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